viernes, 11 de diciembre de 2009

La realidad del dia de hoy, triste, pero cierta.

 
 
 
    Zapatero ha anunciado que dará un portátil con pantalla táctil a cada alumno de primaria. Así, sin importarle el coste, ni que estemos en crisis, ni que para qué coño usa un crío de 10 años un portátil con internet en clase, si no es para estar en el tuenti, o si el profesor estará preparado para usar ese chisme o la asignatura, para poder impartirla de forma informática. Porque en mi universidad, de Ingeniería Industrial, tenemos suerte si el profesor tiene las transparencias de la asignatura en el ordenador. No se ha preocupado de si hay enchufes en las clases, ni del pastuzo que cuesta, ni del medio ambiente.

Sólo se ha preocupado de conseguir votos, de salir en la tele, y de que seguro que de cada portátil que pagaremos entre todos, él se llevará un euro. Como hacen todos, el PSOE y el PP. Porque nadie ha dicho que eso es una soberana subnormalidad que nos va a salir por un ojo de la cara. Ni en el parlamento, ni en la televisión. Porque son todos iguales, porque lo único que les importa es lo que roban, y hacen como que discuten, pero en subirse el sueldo siempre están de acuerdo. Y ya me han tocado los cojones, ellos y quien apoya a unos o a otros.

Que ahora prohíben dar bolsas por el medio ambiente, porque esas bolsas van a la basura.. Sí señor, de hecho, las usamos para tirar la basura. Eso sí que es reutilizar las cosas. Ahora tendremos que comprar bolsas de basura, con lo que el plástico que tiraremos será el mismo. Ahora sí, pagaremos la bolsa de basura y la bolsa reusable del Pryca.


Igual que pagamos a precio de oro la energía que se genera con las energías renovables, placas solares y molinos eólicos. Que son tan caras de construir y de mantenimiento, que si no la subvencionamos (vamos, la pagamos entre todos), no sale rentable Que son complicadas de construir, no dan una mierda de energía, tienen una vida de pocos años, y después hay que tirarlo todo, y eso sí contamina un huevo. Porque todo el mundo que sabe un poco, sabe desde hace tiempo que la energía más limpia y más barata es la nuclear. Pero nos han comido la cabeza y nos la siguen comiendo. Porque como en La Muela, el político de turno cobra por cada molinillo.


Hoy me tiene hasta los cojones la banca, que nos ha metido en una crisis dando hipotecas de 200.000 euros a gente con un sueldo de 600 y presentando como aval un chupa chups, y ahora cierran el grifo cuando ya se han hecho de oro. Y me los tocan los gilipollas que se lo compraron, sin preocuparse de si algún día lo podrían pagar. Y los miles de interesados que han especulado con el suelo y con la vivienda. Y ahora nadie lo paga, pero todos nos echamos las manos a la cabeza.

Y el PP y la patronal proponen como medida abaratar el despido y reducir el paro. Y nadie les dice que se reduzca el sueldo su puta madre, que ellos tienen el sueldo seguro, y los otros cuando se hicieron de oro no se quejaban, pero ahora quieren que el despido les salga gratis.


Porque estoy hasta los cojones de que la SGAE y un montón de soplagaitas como el Ramoncín y el Bardem, que se dicen progresistas pero tienen su casa de lujo en Miami y su yatecito en el puerto, me cobren a mí un canon por cada CD, disco duro, móvil, MP3, impresora o por cada libro que cojo prestado de una biblioteca pública, y el Gobierno les deja porque si dices algo en contra de ellos salen hablando mal de ti, y te hacen perder las elecciones.

Así que nadie les dice ladrones, que es lo que son. Que además hacen una mierda de películas que no tienen argumento, y sólo venden entradas porque sale el Hugo Silva en pelotas. Y para más huevos, una de las autoras de semejantes bodrios es la Ministra de Cultura. Tiene cojones la cosa.


Resulta que el criminal soy yo, por usar internet, por poner el emule, por usarlo para decir lo que me da la gana y para buscar más información que la que me dan mascada en las noticias de las tres, que la mitad del telediario es deporte y la otra mitad el tiempo, con un par de anuncios en medio, del jefe de la cadena, camuflados como noticias. Soy un delincuente por intentar pensar por mí mismo. Porque me quejo de que nos roben y nos toreen, y aun encima nos dejemos.

Igual que nos dejamos meter miedo, para intentarnos vender vacunas y mascarillas, diciendo que viene una pandemia mundial de gripe del cerdo, ahora gripe A. Igual que antes los mismos dijeron que venía la gripe aviar. Y qué curioso que las dos veces, quien anunció al mundo que habría millones de muertos, sea el dueño de la fabrica de las vacunas y secretario del gobierno de George Bush. Millones de dosis de un medicamento llamado Tamiflu, que por lo que se sabe ha matado a más gente de la que ha salvado. Pero todos callan, y si me fuerzas, le hacen el bombo.


Demostrando que hay idiotas en todos lados, ahora el PP ha pedido que los padres tengan que autorizar a alguien con menos de 18 años antes de que puedan hacerse socios del tuenti o del facebook. Lo que significaría que una niña de 16 años puede abortar sin pedirle permiso a los padres, y un crío de 17 asesinar a alguien sin ir a la cárcel. Pero no pueden subir sus fotos en pelotas hechas delante del espejo. Que ya de paso sirve para que las vea el chico que te gusta... y el que no te gusta, sus amigos pajeros, y todos los cerdos pederastas de internet. Porque éste es el país donde todo el mundo hace las cosas sin pensar, tengas 16 años y lleves un calentón, o tengas 50 y seas ministro.

Cansado, de que lo que vivimos en España ya no pueda llamarse inmigración. Es una PUTA INVASIÓN, donde si ves por la calle a otro español, casi te sorprendes, porque no hay más que negros, moros, sudacas y rumanos. Y les damos subvenciones y ayudas, mientras sus hijos se organizan en
bandas , se adueñan de los parques, piden dinero por jugar en una pista de baloncesto, que es de todos, y mientras se pasean, buscan marrones. Ahora les daremos un ordenador de pantalla táctil, y tu hijo, al que has tenido que meter a un colegio privado para que no se junte con esa gente y hasta aprenda algo, el ordenador ni lo verá.

Pero es mejor discutir sobre si yo hablo catalán, o tú gallego, de que yo soy vasco y tú insular. Es mucho mejor que reconocer que somos un país de burros, de los últimos países en educación, con una tasa de abandono escolar que asusta, y donde estamos volviendo a que la gente no sepa apenas escribir y mucho menos sumar. Porque si yo digo "me gusta pensar, me gusta saber cosas", me miran raro, porque aquí está mejor visto ser un completo analfabeto. Y los de arriba contentos, así no piensas y votarás lo que te digamos y te venderemos lo que queramos..

Todo ello sin que la televisión diga absolutamente nada, sin que nadie haga nada. Eso sí, el fútbol y los toros que no falten, y el programa de marujeo, donde si se pegan, mejor. Un programa de callejeros o todos los que lo imitan, donde se vea gente drogándose y yéndose de fiesta, que eso da audiencia, y la audiencia es publicidad, y vende. Y siempre es lo mismo, todo por dinero.


Nos estamos acostumbrando a ver muertes y asesinatos a sangre fría en televisión. Ya a casi nadie le escandaliza. Y aún tengo que aguantar que insinúen que la moral de los periodistas es superior, que es una profesión muy respetable, mientras los de la tele venden cada día sus principios por un punto de audiencia.

Así que escribo esto. Siento haberme extendido mucho. Si no te gusta, pues bórralo. Me da igual que lo reenvíes o que no. Sólo sé que alguien tiene que decirlo y que lo digo porque ya me han tocado los cojones ¡Politicos inectos incompetentes!


sábado, 14 de noviembre de 2009

Joan Laporta: ¿Humillado? - El Tonto Contemporaneo

La última del presidente del Barça ha sido ofrecer todo su "apoyo" a los ex dirigentes pujolistas encarcelados Prenafeta y Alavedra porque "como catalán —dice— creo que esta decisión ha sido una humillación para Cataluña". Para humillaciones, la de los contribuyentes —catalanes o no—, que ven cómo estos supuestos ciudadanos de bien meten mano a la caja con la misma soltura con que Laporta se entrena en el papel de majadero
 

La última del presidente del Barça ha sido ofrecer todo su "apoyo" a los ex dirigentes pujolistas encarcelados Prenafeta y Alavedraporque "como catalán —dice— creo que esta decisión ha sido una humillación para Cataluña".

Para humillaciones, la de los contribuyentes —catalanes o no—, que ven cómo estos supuestos ciudadanos de bien meten mano a la caja con la misma soltura con que Laporta se entrena en el papel de majadero.

sábado, 7 de noviembre de 2009

La Imposibilidad de otra persona. - ¿Realidad i ficcion?

Los Cargos de Anna Hernández Bonancia en Cataluña.
 
- Regidora d'Urbanisme de L'Ajuntament de Sant Just Desvern.
- 1ª Tinent d'Alcalde de L'Ajuntament de Sant Just Desvern.
- Presidenta de PROMUSA. - CASO PRETORIA
- Presidenta de PROECSA.
- Gerent del Consorci de la Colonia Güell.
- Consellera del Consorci del Parc Agrari del Baix Llobregat de la Diputació de Barcelona.
- Consellera de Foment de Ciutat Vella de la Diputació de Barcelona.
- Consellera del Tunel del Cadí, Concessionaria S.A.
- Consellera de la Comissió Catalana de Trànsit i Segureta Viària.
- Consellera del Barri de la Mina.
- Delegada de L'Area d'Infraestructures, Urbanisme i Habitatge de la Diputació de Barcelona.
- Consellera de La Caixa.
- Consellera del Consell Comarcal del Baix Llobregat.
- Vocal del Consorci Sanitari Integral.
- Vocal de la Fundació Caviga.
- Consellera de L'Area de Salut de L'Area Metropolitana de Barcelona

Clicar en "Anna Hernández Bonancia". Tal parecen los títulos nobiliarios concedidos por la conquista del Baix Llobregat. Duquesa del Baix Llobregat, condesa de San Just, marquesa de la Colonia Güell, señora de la Fundación Caviga, con derecho a rentas y pleitesía, y dirimiendo en obras públicas y recalificaciones. 
Lo de CONSELLERA DE LA CAIXA me llega al alma. Un comentarista me acusa de obsesión (mis muchas razones tengo) contra esa BEATÍFICA INSTITUCIÓN BENÉFICO SOCIAL que es a la vez la mayor propietaria inmobiliaria del Principado, el PRIMER BANCO CATALÁN, acreedora del TODO Y TODA CATALUÑA (y recolectando en el resto de España), y que por lo tanto nos tiene a todos cogidos por los bajos. A todos no, ¿o también?, sospechosamente por las zonas nobles de Barcelona viven en sus lujosos pisos de media entre 150 y 300 metros, jueces, notarios, registradores de la propiedad, abogados del Estado, delegados, inspectores varios, funcionarios públicos o "parapúblicos", secretarios, oficiales, prohombres locales, sus consejeros o empleados según nivel, TODOS con segundas residencias, tercera o cuarta… y NINGÚN OBRERO MILEURISTA, a pesar de que en algún caso pudieran pagar holgadamente el gracioso alquiler. O con similar mentalidad se conceden hipotecas EN PLENA CRISIS de 1.900.000 euros por un ático en Diagonal norte al presidente del Barsa Juan Laporta.
Algunos obtuvieron su pelotazo comprando en los 80 cuando La Caixa vendió con su propia financiación un porcentaje de su gran parque inmobiliario con bajos alquileres, digamos a un promedio de 8.000.000 de pesetas. Un beneficiado familiar lejano, oficial de no se qué, vendió en plena BURBUJA INMOBILIARIA por 120.000.000, pagando el comprador con una hipoteca de otra caixa, tasado por tasadora propia. El piso está en venta, rebajado ya hace un año a 100 millones de pesetas, 600.000 euros, y hoy la agencia ni lo oferta. Operaciones por el estilo enriquecieron a propietarios de "renta limitada".
No me cabe duda que esos cargos, en LA CAIXA por las corporaciones municipales, se eligen a propuesta de los comités correspondientes, con mayoría del PSC y voto obligado de sus miembros, pero ¿tiene tiempo para ejercerlos? Se legisló un máximo, es de suponer que cumpla la Ley. ¡Y qué más da!, tan democráticos todos como la propia presidencia de ISIDRE FAINÉ (el hombre más poderoso de Cataluña) o la de los consejeros en representación de las "entidades fundadoras y de interés social" financiadas y con hombres de la propia Caixa. EXQUISITA DEMOCRACIA.
Con tanto cargo es probable que los nuevos aristócratas tengan graves problemas mensuales de inversión, o ¿se pasean por Bolsa a tiro hecho según los vientos en sus consejos de administración?
Nada que ver con la tradicional amigocracia… PURO Y DURO NEPOTISMO, e ignoro el cuanto de ILUSTRADO.

Y soltada mi dosis de bilis, hoy 2 de Noviembre del 2009 me voy a recargar al Palacio de Justicia oyendo de corrupciones y sandeces en el Juicio a la Corrupción en la Hacienda de Barcelona. Un juicio donde flota LA CAIXA por aquello de las "primas únicas" y actas por decenas de miles de millones prescritas. 

martes, 3 de noviembre de 2009

El Estatut, asesinado

Ni nos hemos enterado, ocupados como estamos con la operación Pretoria y tratando de ver algo en medio de la polvareda que este caso de corrupción está provocando en la sociedad catalana. Nos han metido el gol definitivo y no nos hemos dado ni cuenta. Tanto esperar la sentencia del Tribunal Constitucional, tanto especular con la fecha del fallo, tanto observar las disfunciones de los altos magistrados y, al final, el tiro de gracia no ha venido de allí. No ha sido ni recorte ni castración química, ni sentencia interpretativa ni extirpación de artículos clave, nada de todo esto. El Estatut fue asesinado en el Congreso de los Diputados el pasado jueves, cuando la reforma de la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) superó las enmiendas presentadas por varios grupos. El Gobierno central presidido por Zapatero (el que afirmaba que si él ganaba las elecciones también "gana Catalunya") consigue imponer su criterio, que en esto coincide plenamente con el del PP: el Estatut, que es ley orgánica, queda definitivamente supeditado a la Lofca, que es ley orgánica de ámbito general, extremo que consagra una nueva versión del consabido "café para todos", receta que desvirtúa el autogobierno catalán. Es una decisión muy grave y una burla a la voluntad popular.

Lo más escandaloso de esta iniciativa del PSOE y del PP es que no tiene en cuenta el plus de legitimidad de una ley orgánica que, como el Estatut, fue aprobada en referéndum por la ciudadanía. De nada sirve esta diferencia para que la ley de leyes autonómica tenga un rango superior a la Lofca. Durante la elaboración del nuevo texto estatutario, este apartado ya suscitó grandes debates dado que de él depende la verdadera capacidad financiera de la Generalitat. Recordemos que el argumento principal esgrimido para promover un Estatut nuevo fue la necesidad de consolidar por ley un salto importante en la financiación de la administración autonómica, que liberara las políticas de la arbitraria casuística de lo que se llamó "el peix al cove", la negociación coyuntural en función de las mayorías posibles en Madrid. Las alegaciones de los letrados del Parlament a los recursos contra el Estatut fundamentan ampliamente la preeminencia de este. Y lo más delirante de todo es que los diputados de PSC, ERC e ICV en el Congreso han apoyado este asesinato del Estatut, obligados por haberse tragado antes el nuevo modelo de financiación autonómica que, a pesar de los esfuerzos propagandísticos de Montilla y Castells el pasado verano, se revela ahora como lo que realmente es: una estafa y un autogol de efectos incalculables. Con actuaciones tan brillantes y coherentes como estas, a nadie debería extrañar que, como ilustra el último sondeo publicado en este diario, siete de cada diez catalanes deseen un cambio de Govern. Y tampoco debería sorprender mucho que socialistas y poscomunistas retrocedan mientras los independentistas oficiales se despeñan vertiginosamente.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Montilla: "Incluso los 'fachas' tienen derecho a manifestarse"

El President cree que la consulta independentista de Arenys de Munt "da argumentos a la caverna de la derecha española"

El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha considerado que la consulta independentista de Arenys de Munt "da argumentos a la caverna de la derecha española", y ha opinado que Falange Española tiene derecho a manifestarse ese mismo día, ya que "incluso los fachas" disponen de ese derecho.

Para Montilla, aunque el referéndum tiene sentido para aquellos que la convocan, ha advertido de que "esta consulta seguramente comporta dar argumentos a la caverna de la derecha española, que precisamente no ve bien el despliegue del Estatut y la mejora del autogobierno".

La consulta sobre la autodeterminación en Cataluña convocada para el día 13 coincidirá con una manifestación en contra de Falange Española, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) permitiera la concentración, que el departamento de Interior había cambiado al 20 de septiembre.

"El derecho de manifestación está consagrado en el Estatut y en la Constitución, e incluso los fachas tienen este derecho. Es una garantía para todos los ciudadanos, incluso para aquellos que piensan lo contrario (...) y nuestros adversarios", ha dicho el presidente en una entrevista en TV3 recogida por Efe.

En todo caso, Montilla ha opinado que la polémica generada "ha dado más alas al tema, pero no tiene trascendencia. Hay cosas más importantes".

También ha restado importancia Montilla a que el Tribunal Constitucional (TC) aún no haya hecho pública la sentencia sobre el Estatut, algo que ha considerado que "no es tan excepcional".


domingo, 26 de julio de 2009

De los "trajes" de Camps a las "embajadas" de Carod Rovira

 

Más allá de sus diferencias, Camps y Carod Rovira expresan el grado de nepotismo, corrupción e impunidad que caracteriza la actuación de las castas políticas locales


Dos de los más significados barones autonómicos acaparan los titulares de los medios. El tripartito catalán, como la parte más beneficiada del nuevo reparto del "botín autonómico". Y Francisco Camps, presidente de la Generalitat valencia, acosado por la investigación judicial del "caso Gürtell". Ambos, más allá de sus diferencias, expresan el grado de nepotismo, despilfarro y corrupción que caracteriza la actuación de los modernos caciques parapetados tras los gobiernos autonómicos.

En ambas comunidades, Cataluña y Valencia, se ha levantado algo muy parecido a un régimen de poder donde reina la impunidad.
En Valencia –como en Madrid o Murcia- sobre la base de la aplastante y prolongada hegemonía electoral del PP. En Cataluña, a través de la entronización de una especie de "consenso nacional" –excluyendo de él a "intrusos" como Ciutadans- entre la práctica totalidad de las fuerzas políticas oficiales.

Dentro de esa estructura de poder endogámica todos los desmanes son posibles.

El estallido de la "operación Gürtell" ha sacado a la luz las formas y maneras de una parte –y no la más importante- de ese oscuro entramado.

La anécdota son los "regalos" a Camps. Los 18.000 de los famosos trajes son una simple minucia comparada con los dispendios habituales de los caciques autonómicos.

Lo relevante es como, a través de la cercanía política y personal al poder político, la trama presidida por Francisco Correa o el Bigotes obtenía jugosas contratas públicas adjudicadas a dedo en Valencia, o ejecutaba fraudulentas operaciones urbanísticas en Madrid.
Alcaldes o consejeros recibían dádivas, y los presupuestos autonómicos engrasaban la máquina de hacer dinero.

Durante años, este sistema funcionó con corrupta normalidad, dada la impunidad y falta de control con que los responsables autonómicos manejan los dineros públicos.

El mecanismo de la trama se reproduce en una escala mucho mayor –y de mayor gravedad, aunque no existan por medio los famosos regalos en especie- con los principales constructores o en el seno de las cajas de ahorros.

Ahora, Camps comparece en el banquillo. En Cataluña todavía esperamos que alguien sea capaz de poner el cascabel judicial al gato. Y no porque el grado de despilfarro y corrupción sea menor.

Hace unas semanas, Montilla anunció a bombo y platillo un "plan de austeridad" donde se recortaban 900 millones del gasto público autonómico. Pero después de que la nueva financiación autonómica regara al gobierno catalán con 3.845 millones adicionales, hay más margen para el despilfarro, y los planes de ahorro han sido inmediatamente retirados.

Bajo la batuta de Carod Rovira, se ha disparado la financiación de delirantes proyectos identitarios. Destinando a la "política exterior catalana" 2,2 millones de euros anuales –un 63% más que hace un año-. Abriendo embajadas en Nueva York, Londres, París, México o Buenos Aires.

Con centro en la Generalitat se ha creado una auténtica red de corrupción que ha pagado 31 millones de euros de dinero público por informes inexistentes como "El seguimiento de la concha brillante" o "Diseño de parchís y puzle de la casita de cartón recortable". Sutilmente adjudicados cada uno de ellos por menos de 12.000 euros, cantidad que no necesita ser sometida a concurso público, y que ha sido pagada a ex diputados o ex asesores de PSC, ERC e ICV.

Al mismo tiempo, el gobierno catalán ha engordado un gigantesco aparato burocrático, a cuyo frente se encuentran 219.000 funcionarios –frente a los 165.000 que existían en 2006-. De hecho, los gastos de personal constituyen la principal partida de gasto de la Generalitat, muy por encima de las inversiones.

Este es el grado de nepotismo, corrupción e impunidad que caracteriza la actuación de las castas políticas locales.


jueves, 2 de julio de 2009

La Ley de Educación en Cataluña, aprobada con el 90% de los votos de "derecha" e "izquierda"

Se necesita en Cataluña y en el resto de España, una educación pública que garantice la igualdad de oportunidades. Una potente educación pública, española y científica, democrática y progresista, y ya


Por Eduardo Madroñal

 

La nueva Ley de Educación en Cataluña ha sido aprobada en el Parlamento catalán con el acuerdo de los tres partidos que componen el tripartito, PSC, ERC e ICV, y de CiU desde la "oposición". Sólo el PP y Ciutadans se opusieron. ¿En qué convergen todos estos partidos, aparentemente muy diferentes, para aprobar una ley que organiza un sector y una actividad de tanta importancia y envergadura como es la educación? Dos son las columnas. Primera, el establecimiento del catalán como única lengua a usar como instrumento para la enseñanza del resto de las asignaturas. Segunda, dar carta legal a la iniciativa de privatización, abriendo vías para la gestión privada de las escuelas públicos y priorizando la oferta de los centros concertados.

            Con la nueva Ley Educativa (LEC) se va a implantar un modelo lingüístico monolingüe. Asignaturas, material didáctico, circulares, libros de texto... todo se hará exclusivamente en catalán, que pasaría a ser la única lengua de uso en los colegios. ¿Defiende esta ley el catalán? No. Utiliza el catalán como forma de imponer el nacionalismo excluyente. A costa de convertirlo en una lengua impuesta al estilo franquista. Y lo único que producirá será rechazo. Esta ley es, en realidad, enemiga del catalán.

            Pero lo que es también importante, esta nueva ley educativa aparenta, con la propuesta de más autonomía en escuelas e institutos, de la posibilidad de gestión privada de centros públicos por parte de cooperativas de padres y entidades sin afán de lucro, una mayor participación de todos en la educación. Pero realmente propone el refuerzo del poder de las direcciones y de la capacidad de los centros para decidir los perfiles de los maestros y profesores, apoyándose en ciertos conceptos, como "autonomía de centros, direcciones profesionalizadas, gestión privada de los centros públicos, evaluación, y municipalización". Trata de implantar una gestión tipo empresa proponiendo un modelo escuela-empresa y una organización jerárquica de los centros educativos. Supone una iniciativa de privatización, que abre vías para la gestión privada de las escuelas públicos y prioriza la oferta de los centros concertados. Por ello, ha contado con el beneplácito entusiasta de CiU y el rechazo de la mayoría de las organizaciones sindicales de la enseñanza.

            La ley hace una clara apuesta por los centros privados subvencionados con dinero público (que en Cataluña son ya un 40 %), estimulando la oferta que derivará más dinero público para centros gestionados por patronales privadas (en su mayor parte religiosas). Se propone, por otra parte, una gestión autoritaria en los centros públicos. Se pretende reforzar la autoridad y funciones de las direcciones que podrán tomar decisiones en la gestión de los centros al margen del profesorado, de las asociaciones de padres y de los consejos escolares. Lo que se necesita en Cataluña, como en el resto de España, es una educación pública que garantice la igualdad de oportunidades. Una potente educación pública, de cultura española y de calidad científica, es decir, nacional, democrática y progresista.


sábado, 25 de abril de 2009

Nacion y Estado (Cataluña)

 
    Servir al propio país es la manera más eficaz y más al alcance de todo el mundo de servir a la humanidad.
    El mundo se va haciendo pequeño, pero para ser "ciudadano del mundo" todavía hace falta ser ciudadano de la "civitas" propia. En el mundo no existe el hombre, sino los hombres. No hay la humanidad en abstracto, sino que hay ingleses y alemanes, coreanos y japoneses, españoles y catalanes. Para ser algo en el mundo todavía es necesario sentirse inmerso en una comunidad humana delimitada y caracterizada, cordial y al alcance. Lo que llamamos la patria, la nación, como palanca de proyección hacia la humanidad.
   La  nación es para el hombre una posesión indiscutible e inalienable, mientras que el Estado es, de sí, indiferente y cambiable. Un hombre puede cambiar de estado, o un estado puede cambiar radicalmente de forma, pero un hombre no puede quitarse del encima la propia nación, cuando ésta lo ha marcado con su huella imborrable. Tampoco una nacionalidad no cesa ni cambia por real decreto, sino que se ha ido formando a través de los siglos. Para el hombre, desnacionalizarse es degenerarse.
   Para salvar el hombre de la despersonalización y de la masificación, debemos salvar para él un pequeño país hecho a su medida. Dónde cohiben la nacionalidad, cohiben también al hombre. La  nacionalidad constituye una necesidad espiritual del hombre y, por esto mismo, es para él una fuente de derechos. El hombre tiene derecho a vivir nacionalmente, según su propia nación ‐lengua, cultura, formas de vida y de pensamiento, tradiciones‐, y este derecho es anterior a todos los derechos que sobre el hombre pueda invocar el Estado.
    El primer servicio que el Estado debe prestar al hombre, es asegurarle el derecho a vivir nacionalmente. Derecho que el Estado español nos niega a los catalanes al privarnos de vivir en catalán.
   Cuando el Estado no asegura este derecho, o cuando se constituye en obstáculo, como es nuestro caso, este Estado ha perdido el derecho de existir en aquella nacionalidad discriminada. La desaparición de un tal Estado es la premisa indispensable para toda liberación humana, social, política y cultural de quienes lo sufren.
   La  Patria somos los hombres. Hace falta crearnos una Patria donde el hombre del futuro sea posible.
   El hombre necesita tener a los suyos, quienes, aparte de todas las diferencias personales, sean básicamente como él. Que piensen desde unos puntos de partida comunes aunque las ideas puedan ser divergentes, que hablen la misma lengua aunque sea para expresar opiniones distintas. En los suyos encuentra la propia familia espiritual desde donde relacionarse con la diversidad de comunidades humanas. Los suyos serán los continuadores de su obra y de sus pensamientos. El hombre es inmortal en los suyos. Un hombre sin los suyos, por importante que sea, es un islote solitario, no es nadie. Resulta inofensivo para las estructuras de poder, aunque lleve una metralleta debajo del axila.
   Al hombre insolidario, como no da miedo, le darán toda clase de libertades. Le dejarán hacer dinero y turismo, podrá bailar sardanas y cantar canciones, hacer folclore, deporte y pornografía. Aun le consentirán insultar al gobierno. Pero no le permitirán nunca asociarse con otro que piense como él. No podrá intervenir comunitariamente  - única manera de intervenir con eficacia- en la construcción social y política del país.
   El hombre insolidario, por más que se lo crea, no disfruta nunca de libertad. El hombre sólo es libre cuando se siente fuerte. Y sólo se siente fuerte cuando se encuentra formando parte de los suyos.
   Por esto el centralismo-totalitarismo español, a un catalán siempre le permitirá decir yo, pero no le consentirá nunca decir nosotros. El totalitarismo español nos permite satisfacer tantos egoísmos individuales como podamos, pero nos prohíbe tener ninguna aspiración de signo colectivo, ningún deseo de proyectarnos en una comunidad que nos identifique. E incluso a tener alguna idea propia sobre la vida comunitaria. Ellos solos, los colonizadores, son los amos del país. Te permitirán tener coche, pero ellos te marcarán los itinerarios y te tasarán el carburante.
   Sólo el pequeño Estado nacional, hecho a la medida del hombre puede salvar a este frente el peligro de masificación que comporta la superpoblación y la "megacivilización". El día que habrán desaparecido del mundo las pequeñas Patrias carnales, habrá desaparecido el tipo histórico de hombre que hemos conocido hasta ahora. Y no para dar entrada al superhombre.
    No podemos hablar de los problemas de  convivencia internacional o en el interior de los estados. Ni podemos pensar en la solución del problema de España ni en el arreglo legítimo de la unidad europea, sin admitir previamente la distinción entre Nación y Estado. Nación, comunidad natural, surgida y consolidada espontáneamente en el curso de los siglos, y Estado, entidad jurídico-administrativa, creación artificial y a menudo abusiva y opresora, sobre todo cuando cada Nación no puede tener su Estado propio.
   Toda nacionalidad que se encuentra oprimida o encogida por un Estado forastero o plurinacional, tiene derecho a organizarse un Estado independiente por su cuenta.
 El Estado no es nunca la Patria. La Patria es la Nación. La Patria es la forma sentimental de la Nación, del mismo modo que, según Prat de la Riba, la Nación es la forma intelectual de la Patria. La Patria es la Nación sentida.
   El hombre no es hijo del Estado, sino de la Nación. La lengua, el folclore, la alegría popular son producto de la nación. El Estado no tiene espíritu, es esencialmente utilitario. Puede dar leyes, puede fundar centros de enseñanza, pero no puede crear una cultura ni despertar unos sentimientos. La Nación es amable, el Estado antipático. No hay día de difuntos más agobiante que una celebración oficial, ni hay literatura más insoportable que la de los decretos y ordenanzas. La única forma de hacer el Estado más amable, más humano, es que sea nacional: cada Nación un Estado.
   Esta es la fórmula ideal de la convivencia internacional. Y como las verdaderas nacionalidades son necesariamente pequeñas, para evitar la atomización hace falta establecer el sistema confederal general, sin hegemonías ni colonialismos interiores. Si no es por este camino, ni llegaremos nunca a una verdadera unidad europea ni menos mundial.
    Una forma u otra de Estado es necesaria, pero la Nación es imprescindible. Por la Nación nos hacemos hombres con derechos de ciudadano, por el Estado nos convertimos en súbditos. El hombre que ahoga en sí mismo el sentimiento de Patria, de Nación, para sustituirlo por la idea del Estado, deja de ser hijo de su país, ciudadano de cualquier ciudadanía, para convertirse en un número, una ficha, un autómata, un "hijo del cuerpo".
   El hombre naturalmente tiene su Patria como naturalmente tiene su madre. La madre engendra al hijo, la Nación engendra el hombre. La  Patria, la  nacionalidad, no pueden ser impuestas al hombre por un decreto del Estado, ni por las consignas de un régimen político, del mismo modo que nadie viene al mundo por una orden del Boletín Oficial. Los catalanes tenemos, desde hace muchos siglos, nuestra Patria, nuestra única Patria: Catalunya. Pero, por dictado de la España oficial, nos es impuesta una Patria nueva, desconocida y agresiva: la llaman España.
   El Estado, incluso necesario, es, por su poder, el enemigo nato del hombre. La Nación, en cambio, es la que posibilita la realización del hombre.
   La  nacionalidad es aquel clima ambiental que convierte la entidad individual hombre en una persona social y sociable, capaz de relacionarse y solidarizarse con los otros hombres. La nacionalidad abastece la personalidad al hombre, lo clasifica y lo califica, y lo pone en relación con la humanidad. La Nación crea el ambiente propicio al desarrollo de la personalidad, y en este ambiente se encuentra bien, uno se adhiere sin violencia. La Nación es el hogar, la escuela, el estadio y el santuario del hombre. Desnacionalizar un hombre es deshumanizarlo, es castrarlo.
   El Estado, cuando no es profundamente democrático, es siempre patrimonio de unos cuantos; de castas, partido único, grupos de presión económica, etc. La Nación es patrimonio de todos. Y para el hombre humilde es, muchas veces, el único patrimonio.
   Es el patrimonio del pueblo pequeño. Quien no tiene suficiente personalidad o suficientes medios de todo orden por hacerse una cultura, participa más que nadie y vive espiritualmente de la cultura, de las ideas y del ambiente nacionales –cultura, ideas y ambiente que los estados opresores pretenden suplantar, valiéndose sobre todo de los poderosos medios de comunicación social, por una falsa cultura oficial, por unas ideas prefabricadas y por la creación de un clima y de un ambiente artificiales. Por esto las clases populares y trabajadoras han sido por todas partes el apoyo de la Nación, y no suelen sentir, como las clases burguesas, la tentación de  desertar de ella. Las clases poderosas son por todas partes –Rusia incluida– el apoyo del Estado.
   De esto resulta que toda coacción antinacional es esencialmente antidemocrática, antisocial y antihumana. Y de esto resulta también la contradicción en que caen los indocumentados que tienen el nacionalismo por un prejuicio burgués.
   El hombre no  tiene suficiente al poder satisfacer todas sus aspiraciones individuales, todos sus  gustos, todos sus egoísmos. Cuando le llega la enfermedad o la decrepitud ve como toda planificación de ámbito personal es provisional y caduca. Entonces necessita sentirse inserto y continuado en una comunidad humana, entrañable, suya, no jurídicamente, sino afectivamente. Es la  Nación.
   La evolución brutal del mundo de hoy atenta a la pervivencia del tipo de nacionalidad, de Patria que hemos conocido hasta ahora, de base rural, ambientada por leyendas, tradiciones y folclore. Pero si queremos que el hombre no acontezca una triste ficha en una nueva sociedad universalista y uniformada, hará falta que el pequeño mundo de cada hombre -aquello que hoy decimos Nación, Patria- encuentre una nueva forma y una nueva expresión. Las diversas culturas diferenciadas deben sobrevivir en la internacionalización deseable. Porqué posiblemente serán el único instrumento para la supervivencia de estas familias llenas de humanidad -por lo tanto imprescindibles para el hombre- que hoy llamamos Naciones.
   Estamos en el ocaso de toda una cultura. El mundo conocerá nuevas formas políticas, sociales y económicas. Será otra era de la humanidad. Si somos hombres, hemos de entrar a la nueva era catalanes y mantenernos en ella como catalanes.
   Los totalitarismos diluyen al hombre. El totalitarismo español, por absorbente y centralista, intenta diluir la Nación Catalana, diluirnos como pueblo, como comunidad. Si un día los Païses Catalanes llegaban a desaparecer, los últimos catalanes‐quienes lo serían de verdad ‐porqué los otros ya haría tiempo que hubieran muerto‐ al morir, morirían totalmente. En su persona y en su continuidad comunitaria. Dejarían quizás descendencia física, pero no descendencia espiritual.
   Todo centralismo es una forma de totalitarismo.
   La Nación, la Patria, es un hecho real, no una ideología. Una pretendida "unidad de destino en lo universal" puede llegar a constituir una alianza entre Naciones, una confederación o un Estado. Pero no puede ser por si sola una Nación, una Patria.
   El territorio, las costumbres, el Derecho, etc., no llegan por si solos a constituir una nacionalidad hasta que se encuentran concretados en una conciencia colectiva de la unidad que estos mismos elementos han creado, y en una conciencia colectiva de diferenciación con los otras pueblos.
   Hoy el mundo va hacia el hombre cosmopolita, hacia el uniformismo de técnicas, de costumbres, aun de lenguaje. La técnica amenaza destruir la  cultura. Podemos llegar a una época post cultural . Será más que el fin del humanismo, el fin del hombre. Para salvar el hombre debemos salvar la cultura. Pero la cultura no existe: existen las culturas. Cada nacionalidad tiene la suya. La cultura nacional salvará al hombre, pero la Nación salva la cultura nacional. La tarea digna y heroica de los catalanes de hoy es salvar, mantener y agrandar la cultura catalana. Y por esto salvar, mantener y consolidar la nacionalidad catalana.
   El concepto de  patria es único e indivisible, y no se mide por el tamaño geográfico o demográfico, ni por la fortuna histórica de un pueblo. Por esto resulta de una indigencia intelectual la distinción abrumadora entre "Patria Grande" y "Patria Chica". Pequeña o  grande, Patria el hombre sólo tiene una, del mismo modo que sólo puede tener una madre.
   Nadie tiene derecho a atentar contra la propia nacionalidad. Esta no es patrimonio exclusivo de ningún individuo, sino de toda la comunidad, ni de ninguna generación determinada, sino de toda la saga: de los presentes, de los pasados y  de quienes vendrán.  Renegar de la propia nacionalidad, es digno de degeneración y de impotencia. Hablamos de la nacionalidad íntima, real, no de la del carné de identidad. Concretamente, para los catalanes hablamos de la nacionalidad catalana. Renegar de la nacionalidad es un insulto al propio nacimiento, es considerarse fracasado de origen. Es ser el mundo de fraude, sin raíces, sin vinculación histórica.
   El signo más visible de deserción nacional es sustituir el idioma propio por una lengua forastera. El degenerado que esto hace tiene obligación de emigrar a su nueva Patria electiva. Ha perdido todos los derechos a su país de origen.
   Si un particular no tiene derecho a  desnacionalizarse, tampoco tiene este derecho una generación determinada, o la comunidad nacional en un momento dado de su historia. Una Nación existe o no existe, independientemente del dictamen de una mayoría momentánea. Así como un individuo desertor no deshace una comunidad, tampoco una generación envilecida no puede deshacerla. Ni tiene derecho a deshacerla. Individuos y generaciones han conservado pujante y  viviente la nacionalidad para las generaciones que vendrán. Ellas son los herederos de la nacionalidad, quienes un día pedirán cuentas a la generación cobarde.
   Debemos respetar la propia nacionalidad y la nacionalidad de los otros hombres. Sólo un bárbaro puede atentar contra una nacionalidad que no es la suya. Este es el caso sublevante de la bárbara España en los Países Catalanes. Pero sólo un mal nacido puede atentar contra la nacionalidad propia. Este es el caso lastimoso de tantos catalanes degenerados. El odio a la Patria de los otros es la base del crimen de genocidio.
   La  perpetuación de una nacionalidad, sobre todo cuando es desconocida jurídicamente como en el caso de la catalana, depende del esfuerzo consciente de los nacionales para mantenerla. La nacionalidad catalana es la conquista diaria de los catalanes. Es Nación, en última instancia, aquel pueblo que tiene la voluntad de serlo.
   Hay nacionalidades antiguas que perduran, otras que han desaparecido del mapa, tragadas por un pueblo más fuerte, o víctimas de  las vicisitudes históricas, o diluídas en su propia vileza. Los pueblos que se han dejado asimilar no viven de ninguna forma. Han perdido su nombre propio, el alma propia, la  iniciativa propia. Ya no tienen ninguna misión que hacer, si no es obedecer, trabajar, pagar y callar. Se han despersonalizado, se han uncido como un cuadrúpedo al carro del vencedor. Sus antiguas glorias serán cantadas en otra lengua distinta de la de quienes las realizaron. Y las glorias que vendrán ya no serán las suyas: serán las de sus amos. Ellos habrán pasado a la reserva. Otros hablarán por ellos. Nunca jamás no serán nada y se irán extinguiendo en el anonimato más abyecto. Sus descendentes maldecirán su memoria.
   El hecho que el mundo vaya hacia las grandes unidades políticas supranacionales, no contradice la teoría nacionalista, sino que le da más razones. Las grandes unidades de cariz continental que van insinuándose, de una parte hacen sobrantes muchas unidades estatales intermedias, artificiales y abusivas, por ejemplo la unidad jurídica "España" y por otra pide una descentralización en el interior de los Estados actuales que vigorice todos los valores espirituales autóctonos, siempre más necesarios cuanto mayor es el conjunto que hace falta estructurar. Las nacionalidades han de aportar a la unidad superior sus vibraciones características unidades, sus latidos vivientes. Las grandes necesitan esta vida tintinerante de las nacionalidades que han de integrarlas, si no quieren acontecer organismos meramente funcionales, de conveniencias, esterilizados espiritualmente, masificadores y despersonalizadores del hombre. Panteones funerarios de Estados fósiles.
   Una Europa que fundara la unidad en los Estados actuales, muchos de los cuales reclaman ser disueltos- que deben darle vida, que impusiera a todos la misma y única lengua oficial -la del más fuerte-, unas mismas leyes interiores cultura única -al estilo de la España unitaria-, acabaría siendo para todos, una Europa colonizada por el Estado que ejerciera la hegemonía. Su unidad resultaría siempre precaria y su eficacia nula. Acontecería un campo de concentración de pueblos, tétrico y convulsionado, como son ahora aquellos Estados unitarios que parece que no tienen otra "misión en lo universal" que el ejercicio de la violencia, contra las nacionalidades minoritarias que oprimen y que se resisten a morir.  Toda teoría internacionalista ha de humanizarse. Debe racionalizarse, si quiere sobrepasar el campo de la pura utopía.
    En los pueblos sometidos se crea un estado de cosas que no permite, sino ilusoriamente, el desarrollo integral y  el reconocimiento total de la persona. El nacionalismo, por lo tanto, no lucha por unas ideas, por un territorio, por unos sentimientos, aunque todo esto entre a formar parte del nacionalismo. El nacionalismo lucha básicamente por liberar unos hombres.  
   Primero es el hombre que el Estado. El único régimen político humano es la democracia, aunque no sea el régimen más fácil. Cuando la  democracia es imposible en un estado, la  falla no es de los hombres –como suelen querer hacer creer las castas usufructuarias de aquel Estado– sino de el Estado mismo. Entonces hay que revisar i destruir, si no hay más remedio, las esencias constitutivas de aquel Estado. El Estado contemporáneo se ha mostrado impotente para resolver los problemas de  la convivencia, de la supervivencia de las nacionalidades y del progreso espiritual de los hombres. Pero se ha mostrado eficaz para las guerras. Así constituye un obstáculo para la integración supranacional.
   Para esta integración es absurdo querer partir de los Estados que, por naturaleza, deben dificultarla. Hace falta partir de las realidades nacionales, que son realidades naturales. Edificar la sociedad internacional a partir de los Estados es hacer la tarea al revés. Edificarla partiendo de la Nación, es empezarla por la base; porqué es empezar por el hombre.
   Des de este punto de vista, los principios anarquistas pueden tener actualidad.
   Los grandes Estados son hijos de una ideología y son las ideologías las que traen las grandes mortandades. Las ideologías no suelen llevarse bien con las realidades humanas y por esto hace falta hacerlas entrar con el calzador  de la violencia. España es fruto de una ideología y todos sabemos la  violencia que ha ocasionado y  ocasiona.
    Contra las grandes ideologías abstractas, hay la reivindicación de los hechos humanos naturales. El nacionalismo –el verdadero nacionalismo de Nación, no el falso nacionalismo de Estado– es la reivindicación de un hecho natural. Contra el Estado, la Nación.
   Toda tiranía pública es una tiranía estatal. Todo movimiento nacionalista es un movimiento contra un Estado determinado y todo genocidio antinacionalista es realizado por un Estado bajo el disfraz de otro nacionalismo. La  faz del Estado es, de sí misma, tan repelente que no osa presentarse sin la  careta de un nacionalismo, legítimo, como en el caso del Estado nacional, o prestado, como en el caso de España.
    Se ha hablado inconsideradamente del fracaso del nacionalismo. Pero aquello que ha fracasado no ha sido el nacionalismo, sino el estatismo. No ha fracasado el principio de las nacionalidades, sino el concepto de Estado soberano.
    La  soberanía no pertenece al Estado, sino a la Nación. Esta la delega al Estado. Pero el Estado, de sí, no es una soberanía, sino un servicio. El fracaso ha sido convertir un servicio en soberano absoluto y absolutista.  El Estado es para servir la Nación. No la Nación al Estado. A quien sirve el Estado español? A la destrucción de las nacionalidades peninsulares, en servicio del imperialismo castellano. Sirve quizás una nacionalidad, pero no la nuestra. Y todavía podríamos averiguar si de verdad sirve la nacionalidad castellana. Todo Estado que se impone a la Nación se constituye en dictadura.
    El Estado español es y ha sido esencialmente antihispánico. Ha violentado siempre las realidades del país. El Estado español, tal y como lo hemos conocido de siglos, es auténticamente el anti-España. España no es un país, es una burocracia. El burócrata de   la administración española suele ser un pobre diablo mal educado, enemigo del pueblo que lo mantiene, con falta de responsabilidad y exceso de orgullo. Los organismos burocráticos oficiales de España han sido unas máquinas perfectas de enviar en serie los ciudadanos a la mierda. Una vergüenza para aquello que dicen que representan y un insulto para los gobernados.  En Catalunya han sido, además, un instrumento de invasión demográfica y de dominio colonial. El Estado español, déspota, vividor, sanguijuela, parásito, ha tenido en su estúpida burocracia el exponente más fiel.
   Nunca un Estado no puede reclamar ningún derecho sobre una nacionalidad. La mayoría de los estados unitarios y centralistas han sido construídos sobre el robo, el crimen y la guerra. Sólo en una federación de pueblos libres tendremos hombres libres.
    La  solidaridad de clase no es anterior a la solidaridad nacional. Esto sólo puede admitirlo quien no cree en otra cosa que en una utópica revolución mundial. Es decir, quien prácticamente no cree en la verdadera y posible revolución. Hasta ahora, todas las revoluciones de verdad que ha habido en el mundo han sido nacionales, cuando no nacionalistas. La clase social no puede suplir la Nación en la formación del hombre. Todo pueblo tiene derecho a la emancipación nacional, aunque ésta comporte el derecho a la separación. Esto es consecuencia del derecho más elemental y más auténtico del hombre: el derecho de escoger.
   Nadie que diga admitir los Derechos del Hombre no puede negar, sin contradicción evidente, los derechos de los pueblos. No es el Estado quien debe diagnosticar la  mayoría de edad de una nacionalidad por constituir‐se en Estado independiente. Cuando un pueblo quiere de verdad la independencia tiene, por este solo hecho, el derecho a poseerla. El Estado no puede conceder ni otorgar derechos a ninguna nacionalidad. Porqué toda nacionalidad, por el solo hecho de existir, ya lleva en sí estos derechos. El Estado tiene, pero, la obligación de reconocer estos derechos y fomentarlos.
   La aplicación a los Países Catalanes de la doctrina nacionalista llega en esta conclusión impepinable: los Países Catalanes son una Nación, muy anterior al Estado español. Por lo tanto, muy anterior a la denominada "unidad española". Los Países Catalanes, desde la Paz de los Pirineos (1652), se encuentran divididos entre el Estado español y el Estado francés. Se encuentran dominados y colonizados por estos dos Estados: situados frente una presión inusitada en su elemento material -lengua, cultura, etc.-; pero aun cuando la crisis provocada por esta presión, no han perdido todavía su elemento formal: la  conciencia y la voluntad nacionales.  España no es una Nación, sino un estado compuesto de un conjunto de nacionalidades: la vasca, la gallega, la catalana, la castellana y la andaluza. Pero es un estado unitario, centralista y abusivo que niega estas nacionalidades, las aprieta y las ahoga. Pretende sustituirlas por una pretendida "nacionalidad española", disfraz con qué Castilla quiere encubrir su acaparadora hegemonía. La Nación española, por lo tanto, no existe. El Estado español, desgraciadamente, sí.
   Para nosotros, catalanes, los Países Catalanes son la Nación, Europa podría ser el Estado y España es el obstáculo. Un ruso, primero es ruso que comunista, los hechos cantan. Un español (leed: castellano), primero es español que cualquier otra cosa. Un catalán, desgraciadamente, primero es cualquier otra cosa que catalán. Un hombre no puede ser internacionalista, si primero no es. Y un hombre no es nada internacionalmente, si nacionalmente no tiene una definición bien concreta. Un catalán no puede ser internacionalista, si empieza negando aquello que lo hace ser, es decir, la  propia nacionalidad catalana; que es la fórmula, que lo define y le da personalidad por relacionarse. Para un catalán, el españolismo es la fórmula más negativa del internacionalismo. Los Países Catalanes hoy no tienen fronteras propias que los separen del mundo, España sí: fronteras políticas y espirituales. España nunca ha sentido el mundo si no es para dominarlo. ¿Por qué nos dicen que el nacionalismo catalán está superado los mismos que sostienen el nacionalismo español? Es que, por ahora, todavía es muy difícil de vivir sin un nacionalismo. Todo catalán debe decir: aún cuando sólo quede un catalán, yo seré ese catalán.
   Idees i pensaments, de Josep Armengou, págs. 9-22

jueves, 5 de febrero de 2009

AMIG@: RECHAZA LAS FOBIAS Y EL RACISMO, RECHAZA LA CATALANOFOBIA

 1. Soy catalán desde siempre y nada puedo hacer para cambiarlo. Quien diga que puede ser catalán disimulando y pidiendo perdón continuamente por ser distinto en muchas cosas a otros ciudadanos con pasaporte español es sólo alguien que reniega de sus orígenes.

  2. No me rechaces por ser catalán, es algo tan natural como ser de Sevilla. Mi catalanidad no es un deseo de ofender ni de lastimar: es mi lugar de nacimiento natural y constituye un rasgo fundamental de mi personalidad. Es la manera que tengo de existir y tengo tanto derecho como tu. Es mi manera concreta de ser persona. Muchos catalanes estamos ya muy hartos de que nos presenten sistemáticamente como los "malos" de la película simplemente por ser como somos, de la misma manera que los madrileños son como son pero no les exijen que pidan perdón por ser así. Estamos hartos de que nos exijan pedir perdón por existir.

  3. Si a veces he deseado ser de otro lugar o he actuado como si lo fuera, no es porque mi catalanidad me haga infeliz sino porque creí que era la única manera de sobrevivir en medio del prejuício y del odio que ciertos medios de comunicación se empeñan en fomentar a fin de acomplejarnos. Me daña muy gravemente que los demás se sientan con derecho a hacerme objeto de su desprecio, burla y agresiones tan sólo porque soy diferente de ellos y tengo mi lengua y mis costumbres y reivindico lo que estrictamente en justicia nos pertenece.

  4. El asco, desprecio, horror y desconfianza hacia los catalanes se llama catalanofobia. Una fobia es un rechazo irracional y, por lo mismo, una perturbación mental y, además, fomentada artificialmente a causa de bastardos intereses políticos de una minoría que saca provecho económico de todo un pueblo al que trata como simple colonia. Ya es tiempo de que quien la padezca (un 17% de la población española, según encuestas de hace unos años) sanen de ella.

  5. No soy un bicho raro: soy una persona como cualquiera otra. En la medida en que me rechaces, me iré alejando de ti. Si soy tu amigo, no me conviertas en un extraño con ese racismo.

  6. Hay catalanes de todos tipos, edades y clases: nos encontrarás en el gobierno, la iglesia, las instituciones de enseñanza, las empresas públicas y privadas y en casi todas las profesiones y actividades. Hay unos cuántos millones de catalanes que esperan que los trates sin prejuícios. Existen muchos casos de discriminación por hablar nuestra lengua en nuestra propia tierra, por eso tenemos que estar luchando siempre. Y también bastantes agresiones e incluso asesinatos de skins y neonazis con estética españolista contra simples catalanes por el simple hecho de serlo. Estas noticias son poco ventiladas o mistificadas por gran parte de la prensa, controlada por grupos afines a los partidos mayoritarios españoles (PP y PSOE).

  7. Si tod@s l@s catalanes desapareciéramos del mapa (tal como casi llegó a planificar Franco, que quería trasladarnos en masa al Rif si Hitler ganaba la guerra), te sentirías muy mal: desaparecerían muchas de las personas que quieres o admiras. Muchos grandes personajes de la historia, de las artes y de las ciencias y de los deportes son catalanes: Gaudí, Casals, Colón (Colom)... Así mismo más de un tercio de las medallas olímpicas "españolas". Y hasta el fundador del R. Madrid y de la Feria de Abril fueron catalanes, igualmente el inventor de la peseta, o la bandera española fue una simplificación de la catalana realizada por Carlos III. Es posible, incluso, que no hubieras nacido: nunca sabes si llevas sangre catalana. La misma Casa Real española tiene sangre real catalana y también sangre plebeya catalana (Alfonso XII fué hijo de Isabel II con un comandante catalán).

  8. No tienes ningún derecho a exigirme ser como tú para que me consideres valioso o digno de tu afecto: eso se llama discriminación y es un delito y una ofensa. Pues yo puedo ser y creer en lo que considere que es así, y los catalanes somos los que debemos solventar nuestros propios asuntos, como vosotros los vuestros.

  9. Si quieres que te respete, tú también tendrás que respetarme. El respeto es la capacidad de considerar el valor de los demás y debe ser mutuo.

  10. Tú eres andaluz, o castellano o te gusta la Selección Española que es la única que está permitida (la nuestra está también discriminada y prohibida internacionalmente). ¿Te has preguntado alguna vez lo triste que es para nosotros ser constantemente discriminados y satanizados, tal como pasaba con los judios?.

  11. Antes de usar términos como "polaco", "catalino", "paleto", "aldeano", etc., piensa que todos merecemos un respeto y que los catalanes somos los que más leemos, viajamos y hacemos negocios de toda la Península, así que no debemos ser tan paletos como nos dicen los racistas y resabiados. Nosotros fuímos conquistados por las armas en una guerra de exterminio (la de Sucesión 1705-15) y queremos recobrar nuestra soberanía tal como la teníamos y gobernarnos a nosotros mismos, eso es todo. No nos metemos a querer gobernaros a los demás ni a cobrar impuestos a otros. Los políticos españoles y demás partícipes en el panal de rica miel, no quieren perder el gran chollo de las "ricas colonias" y por eso no paran de segregar un nacionalismo español agresivo que rezuma odio hacia todo lo catalán. Cuando Cuba intentó independizarse, el Gobierno español inventó los campos de concentración, utilizando, como siempre ha hecho, a la juventud española como carne de cañón para defender los intereses de las compañías españolas (los ricos) en la colonia.

  12. Ser catalán y serlo en todo, como tú eres español o andaluz o lo que cada cual sea en todo, no es ningún delito ni ningún paletismo ni ninguna manía ni ninguna vergüenza: es algo natural. Yo u otro catalán no "nos volvimos nacionalistas" porque "los políticos nacionalistas me indujeran con sus perversas mañas", como falsamente se da a entener; ni nos hemos inventado nuestra lengua: la hablamos desde siempre, como el castellano vosotros, y sólo ahora hablamos casi todos castellano por influencia aporreadora de la televisión y su obligatoriedad legal en la enseñanza y en todo lo demás. Nosotros no queremos ser nacionalistas, pero si nos ofenden y nos privan de nuestros derechos, tenemos que defender lo justo. ¿Es eso nacionalismo? Entonces, ¿qué será que te desprecien, te saqueen y te priven de tus derechos elementales y del principio de igualdad con otros ciudadanos que, pagando menos, tienen más derechos lingüísticos y de todo tipo? Hay un nacionalismo español excluyente que quiere ir de incógnito porque es el mismo de Franco.

  13. Las historias que has oído o leído acerca de que los catalanes somos "agarraos" o así o asá son habladurías y prejuicios. Muestra una actitud abierta, no seas racista. Simplemente esperamos la misma educación y respeto que la mayoría de catalanes demostramos siempre.

  14. No somos catalanes porque aún no nos hayamos dado cuenta de que ser español es mejor o es lo que "debiera sentirme" o es lo importante y fetén. No me convence ser lo que no soy, ni siento, pues nos conquistaron y nos prohibieron todo lo nuestro desde 1714 con multitud de abusos, y ya nunca lo hemos recuperado mayoritariamente. No es que queramos recordar desastres históricos, pero no vamos a cerrar los ojos pues quien ignora su Historia está condenado a repetirla. Si a tí no te atrae ser catalán no pidas que a nosotros nos entusiasme ser lo que han usado de pretexto para la violación sistemática de nuestros derechos durante siglos. Sería muy cobarde, vil e indigno de nuestra parte caer tan bajo. No odiamos ni queremos odiar, solo queremos la libertad: exactamente como tú mismo, nos agobia que nos obliguen a ser lo que no somos. El mundo no se divide entre españoles e infieles, ni la unidad de España es nada sagrado (excepto para los que chupan del bote).

  15. No tengas temor de preguntarme lo que sea sobre mi tierra o mi lengua, y en general, de mis aspiraciones como persona. Los catalanes somos gente educada y agradable, y el conocimiento mutuo desde el repeto es enriquecedor, comunicándonos, te sorprenderás de lo parecidos que somos en muchas cosas, en tanto que europeos y seres humanos.

  16. No estoy pidiéndote que sólo me toleres, sino que me comprendas y me aceptes y aceptes mis derechos como yo acepto los tuyos sin pretender gobernarte. "Tolerar" suele significar mala voluntad y antipatía y puede derivar fácilmente hacia la violencia.

  17. Finalmente, no dudes de mi afecto por ti....y no me hagas dudar del tuyo convirtiéndome en tu enemigo. Mi vida es buena y valiosa y tengo que vivirla tal cual es, incluso muy a pesar de los que prefieren destruirnos a renunciar a sus ingresos y prefieren el racismo y la opresión a dar libertad a un colectivo humano que hace siglos la reclama.