domingo, 28 de octubre de 2012

¡Qué pena me das Cataluña!


Ahora y a iniciativa de un individuo llamado Arturo, se solivianta al maravilloso pueblo catalán, con fines electoralistas y por ende de raigambre política de bajo barrio... cuyos puntos suspensivos por vergüenza ajena no quiero reproducir.
¿Por qué no haces y recuerdas un poco la historia de la Comunidad que presides?
Esa historia donde los extremeños y andaluces nos dejamos la piel trabajando como negros, para que un señorito como tú, estuviera en una oficina de personal y en trabajos administrativos, echándonos a la calle al más mínimo error o por tus caprichos personales.
Arturo, permíteme decirte que aunque los tiempos hayan cambiado, la historia es la misma y no te va a perdonar la traición ni al pueblo extremeño ni al andaluz.
El otro día sale por TV un 'sicario' tuyo diciendo que los extremeños y andaluces afincados en Cataluña, son tan catalanes como los nacidos en Gerona, Olot o Ribas de Freser. "Eso es mentira".
Los catalanes, como tú, siempre habéis despreciado y marginado olímpicamente a los extremeños y a los andaluces.
Veinte años estuve trabajando en Cataluña, mi vida laboral así lo refiere, en fábricas de lana como Antonio Gassol, en Nestle, en Aviaco, en Iberia y hasta de portero en una sala de fiestas de Lloret de Mar, para poder pagar mis estudios en Matemáticas Superiores en la Universidad.
De la misma forma que los canarios llaman "godos" a los peninsulares, que los romanos llamaban "bárbaros" a los allendes de sus fronteras, los malos catalanes como tú nos llamabais despreciativamente "charnegos".
¡Arturo! Me recuerdas al protagonista de la película 'Arthur, el soltero de oro', magistralmente interpretada por Dudley Moore y mejor dirigida por Steve Gordon. Te la recomiendo.
Eso sí, que los 750 millones de dólares que la abuela del borrachín, dejaba a su nieto por renunciar a su amor los dejaras para tu "amada Cataluña" y sus parados y como no para reducir la deuda que tienes con la Administración Española.
A nosotros extremeños y andaluces solo nos queda el recuerdo de haber contribuido con nuestro granito de arena a formar un pueblo tan maravilloso, tan encantador, como es el pueblo catalán, donde tanta buena gente conocimos. Donde hoy, desde nuestros hogares patrios, se nos saltan las lágrimas al escuchar los engaños y manipulaciones del tal Arturo, que se atreve a desafiar al gobierno de la nación legalmente constituido y lo peor a poner en entredicho a la Constitución Española que él mismo en su día votó.
Márchate a tu 'masía' Arturo, cantando 'Baixant de la fonda el gat...' Pero en el camino recuerda que Cataluña siempre ha sabido resurgir como el Ave Fénix, con la fé e ilusión de su gente y de su trabajo, con la esperanza puesta en aquellos versos de Jacint Verdaguer. "Ahora viene el invierno, que el ramaje despoja. Y los olivos dicen 'dejémoslos venir'. Que detrás vendrá Marzo, trayendo nueva hoja, que los troncos desnudos volverán a revestir".
Amigos catalanes, no hagáis caso a estos oportunistas.
Cataluña es para España una de las comunidades más queridas, sino la que más. Lo dice un extremeño, que aportó su granito de arena en la formación industrial y cultural del pueblo catalán.
Por eso cuando veo, a esta mi segunda tierra, manipulada y engañada, no tengo más remedio que decir: Que pena me das Cataluña.
Un extremeño, que os quiere de corazón.

jueves, 25 de octubre de 2012

El desvarío nacionalista nos pone en ridículo en Europa


Que cuatro eurodiputados españoles presenten una carta pidiendo a la Unión Europea que tome cartas en el asunto, por una supuesta escalada belicista del resto de España frente Cataluña, es un desvarío que demuestra hasta qué punto hay diputados iletrados representándonos. Decir que un avión del ejército sobrevolando cielo catalán es poco menos que el inicio de una invasión, es similar a decir que Cataluña está comenzando a ser sueca porque han abierto un Ikea. Pero sobre todo, nos pone a todos los españoles en ridículo en Europa. No parece casualidad, que alguno de los diputados que ha presentado la iniciativa fuese quien llevó a la cámara europea el pisotón de Pepe a Messi. Imaginamos las caras del resto de eurodiputados, perplejos por semejantes sandeces, mientras nuestros ciudadanos inundan los comedores sociales, y en momentos donde cada vez son más los padres y madres de familia que no tienen nada que llevar a la boca a sus hijos. Se ve que la escala de valores y de prioridades de cada cual, es completamente distinta.
En este circo ambulante en que se ha convertido nuestra política, y en el que algunos andan pugnando por ver quién dice la barbaridad más grande, con tal de parecer más nacionalista que el de al lado, este tipo de tonterías nos ponen a todos en una situación de vergüenza ajena. Que diputados que pagamos todos, a costa de nuestras diezmadas costillas, anden con estas zarandajas en lugar de preocuparse de lo fundamental, que es posibilitar que la gente tenga trabajo y un cierto nivel de bienestar, sólo puede llevarnos a la conclusión de que hay que mandar al paro a la mayor parte de la clase política española, y que estos personajes sobran de la vida pública. No merecen muchos comentarios que el PSOE siga manteniendo dentro de la disciplina de su partido a la eurodiputada que firmó esta cartita. Sólo les desacredita un poquito más, y viene a ser una minucia, dentro del desaguisado que tienen los socialistas internamente.
Vivimos momentos trágicos, con familias desesperadas a las que se expulsa de sus casas a cientos por no poder pagar la hipoteca, con millones de vecinos nuestros en paro, con una economía que no da ningún signo de mejora, y con un nivel asfixiante de impuestos creados para mantener a toda una casta política que, por lo que se ve, anda pendiente de "sus cosas" y no de los problemas reales. Que estos señores anden distrayendo al personal con estas estupideces sólo demuestra hasta qué punto se ha perdido el sentido de la realidad, y hasta qué punto precisamos de hombres de Estado al frente de las instituciones y no políticos de partido. Si España no fuese un país de pandereta como somos, los ciudadanos se echarían a la calle para mandar a toda la clase política al paro de una vez por todas. En Islandia lo hicieron, y las mejoras son evidentes. ¿Por qué aquí no?