jueves, 25 de octubre de 2012

El desvarío nacionalista nos pone en ridículo en Europa


Que cuatro eurodiputados españoles presenten una carta pidiendo a la Unión Europea que tome cartas en el asunto, por una supuesta escalada belicista del resto de España frente Cataluña, es un desvarío que demuestra hasta qué punto hay diputados iletrados representándonos. Decir que un avión del ejército sobrevolando cielo catalán es poco menos que el inicio de una invasión, es similar a decir que Cataluña está comenzando a ser sueca porque han abierto un Ikea. Pero sobre todo, nos pone a todos los españoles en ridículo en Europa. No parece casualidad, que alguno de los diputados que ha presentado la iniciativa fuese quien llevó a la cámara europea el pisotón de Pepe a Messi. Imaginamos las caras del resto de eurodiputados, perplejos por semejantes sandeces, mientras nuestros ciudadanos inundan los comedores sociales, y en momentos donde cada vez son más los padres y madres de familia que no tienen nada que llevar a la boca a sus hijos. Se ve que la escala de valores y de prioridades de cada cual, es completamente distinta.
En este circo ambulante en que se ha convertido nuestra política, y en el que algunos andan pugnando por ver quién dice la barbaridad más grande, con tal de parecer más nacionalista que el de al lado, este tipo de tonterías nos ponen a todos en una situación de vergüenza ajena. Que diputados que pagamos todos, a costa de nuestras diezmadas costillas, anden con estas zarandajas en lugar de preocuparse de lo fundamental, que es posibilitar que la gente tenga trabajo y un cierto nivel de bienestar, sólo puede llevarnos a la conclusión de que hay que mandar al paro a la mayor parte de la clase política española, y que estos personajes sobran de la vida pública. No merecen muchos comentarios que el PSOE siga manteniendo dentro de la disciplina de su partido a la eurodiputada que firmó esta cartita. Sólo les desacredita un poquito más, y viene a ser una minucia, dentro del desaguisado que tienen los socialistas internamente.
Vivimos momentos trágicos, con familias desesperadas a las que se expulsa de sus casas a cientos por no poder pagar la hipoteca, con millones de vecinos nuestros en paro, con una economía que no da ningún signo de mejora, y con un nivel asfixiante de impuestos creados para mantener a toda una casta política que, por lo que se ve, anda pendiente de "sus cosas" y no de los problemas reales. Que estos señores anden distrayendo al personal con estas estupideces sólo demuestra hasta qué punto se ha perdido el sentido de la realidad, y hasta qué punto precisamos de hombres de Estado al frente de las instituciones y no políticos de partido. Si España no fuese un país de pandereta como somos, los ciudadanos se echarían a la calle para mandar a toda la clase política al paro de una vez por todas. En Islandia lo hicieron, y las mejoras son evidentes. ¿Por qué aquí no?