jueves, 29 de mayo de 2008

Carod Rovira: "No soy ningún soñador"

Apunto de dejar el timón de ERC, el vicepresidente de la Generalitat acaba de firmar su hoja de ruta para llevar a Cataluña hacia la independencia el 11 de septiembre de 2014

Marta Rodríguez Barcelona | 28/05/2008 |

Carod-Rovira, en su despacho de la Generalitat, en Barcelona.

Jordi Soteras ADN

¿Con esta iniciativa se juega su futuro personal?

No, hacía falta valentía para hacer realidad el sueño político de muchas generaciones de que Cataluña tenga su Estado en el marco europeo.

¿Y cómo se hace realidad?

Con una mayoría en el Parlament que plantee la misma pregunta sin temer la respuesta. Si hay un referéndum, fantástico, aunque no es indispensable. Votar una mayoría soberanista en el Parlament ya es una manera de decir que quieres la soberanía.

¿Una declaración unilateral?

Los pueblos que se quieren ir se van y no piden permiso. Y yo quiero ser de un país que no pida permiso.

Ya ha oído lo que Zapatero le ha dicho al plan de Ibarretxe

Yo soy demócrata y respeto la decisión de los pueblos cuando hablan. El futuro de Cataluña sólo lo puede decidir el pueblo de Cataluña y el señor Zapatero no forma parte.

Pero hay pocos independentistas declarados

Nunca nos han preguntado si queremos mantener esta situación o preferiríamos otra Cataluña. Y no se ha formulado porque, entre otras cosas, nunca se ha visto como posible.

Pues ERC pierde votos. ¿Mal momento para el independentismo?

Algunos independentistas se sitúan en un estado de adolescencia permanente. El independentismo sólo interesa a los independentistas pero la independencia, que se vincula a un bienestar superior, a una calidad de vida y una igualdad de oportunidades, interesa a todos.

Independencia por el bolsillo

La mayoría soberanista será más fácil de conseguir por la vía de un independentismo práctico que no por la de una identidad lingüístico-cultural. De patriotas de lengua y cultura hay unos cuantos pero de bolsillo, lo somos todos.

¿Se acabó el romanticismo?

No, porque todos los procesos de construcción nacional tienen una dimensión épica. Para los catalanes de toda la vida es hacer realidad un sueño y para los recién llegados la de contribuir a la construcción de un país nuevo. Y eso es fascinante.

¿Usted es un soñador?

No. Eso se lo han dicho a toda persona de una nación sin Estado que ha soñado que su país fuera un Estado.

"Con España no hay nada que hacer", dice usted

El enemigo de Cataluña no es España ni el pueblo español. Es el nacionalismo español, que por definición es cerrado, alérgico a las diferencias, la pluralidad, al multilingüismo y da un mal servicio a España.